lunes, 6 de junio de 2011

Opinión: Ser o no ser... he aquí el dilema del Otaku



En los últimos años se ha tomado al otaku en México como una tribu urbana, y no sólo en México sino en otros países de habla hispana, como ha ocurrido en algunas partes de España o Argentina (basta ver algunos  talk shows donde se presentan supuestos otaku para hablar de su afición y aceptar la denominación de tribu urbana sin respingar) o incluso en artículos como este realizado en Chile.

Mucho se ha hablado a través de los años acerca del significado de la palabra Otaku,(en el enlace una explicación más qué interesante sobre la palabra y el tema), y de sus acepciones.
En este caso, distingo de manera clave dos acepciones de la palabra y sus connotaciones: otaku a la manera de Japón y otaku a la manera occidental. Con ello me refiero a la manera en que es empleada en Japón, es la palabra como la conocemos por referencia, con el sentido peyorativo, en lenguaje muy coloquial mexicano adjetivaríamos con otaku al referirnos a alguien y decirle "ahí va el traumado, el fanático (exacerbado), etc".
En tanto la connotación y acepción de la palabra otaku que utilizamos en Occidente se refiere a todo aquel aficionado y fan de la animación y el manga japonés, e incluso los videojuegos (sin necesariamente llegar a ser un gamer).

La diferencia es muy clara sobre todo en el contexto del hablante y la manera en que se proyecta el concepto frente a las diversas sociedades oriental y occidental. Por ejemplo, en Occidente quien ve y consume manga, anime y mercancía derivada de estos rubros, además de asistir a eventos, y compartir con otros su afición, su gusto, y quien va más allá (sin importar si es difícil o no conseguir los artículos, acudir a los eventos, o investigar sobre lo que le gusta, invertir tiempo y dinero en ello) de sólo ver por ver, aún habiendo pasado su infancia, continúa durante la adolescencia e incluso avanza firme con la misma afición durante su etapa adulta, es sin duda un otaku.



En Japón no se requiere de ser otaku para leer o comprar un manga o inclusive ver animaciones autóctonas, puesto que el manga y el anime pese a estar clasificados para diversos mercados demográficos, es tan común como leer el periódico, se vive leyendo manga a cualquier edad, debido a las temáticas tan diversas y reales así como fantásticas que se abordan tanto en manga como en anime, artículos como tintes de cabello, bebidas, y otros productos de consumo regular, utilizan personajes de manga y anime para sus campañas mercadológicas, publicitarias.

En tanto en Occidente tenemos entendido que "las caricaturas" son para niños, se asocian rápidamente con el público infantil y adolescente al igual que los cómics o historietas, dejando de lado que el público adulto también tiene cabida, y peor aún satanizándolo.

Una actitud reiterativa que se observa en diversos adultos jóvenes (y no tan jóvenes) que desde niños vivieron intensamente su afición por la animación japonesa en México (y posteriormente el manga, debido a su tardía publicación), es aquella en la cual se aceptan como aficionados pero rechazan tajantemente la etiqueta otaku, que en el pasado era un estandarte de orgullo por parte de los fans.


Estos adultos aficionados, reconocen que gustan del anime, del manga, y de los videojuegos, pero declinan al momento de utilizar para sí mismos el sustantivo otaku, no se reconocen como tales, pues consideran que en cierta medida están más allá del bien y del mal, en el sentido de haber superado "el trauma" y estar enfocados más bien en el mero entretenimiento superficial (no en el sentido de superfluo o vanal, sino en cuanto a superficie a no sumergirse a profundidad), o de otra manera creen que aunque siguen viéndolo el tiempo les ha dado la madurez suficiente para sólo verlo como un hobby que no irrumpe de manera estrepitosa en la vida diaria, y a su vez han adquirido la madurez para verlo de manera reflexiva e inteligente.

El temor a la etiqueta social llega a un punto de quiebre donde estos aficionados argumentan, "me gusta, pero no me trauma, soy multifacético, soy ecléctico". En pocas palabras "soy muchas cosas" como para ser sólo un otaku, ante esta postura sólo puedo replicar: Acaso un doctor por ser doctor deja de ser padre de familia, católico o musulmán (el credo que guste), izquierdista, o jugador de fútbol amateur?

Es necesario nombrarse otaku?, la respuesta es muy sencilla, no, no lo es, porque no es una profesionalización de algo, sin embargo es adecuado admitirse como tal al menos para con uno mismo, si dedico parte de mi salario a comprar figuras temáticas de diversas series, pósters etc, si dedico parte de mi tiempo a opinar sobre las producciones animadas realizadas en Japón, si al menos una porción de tuss pensamientos los dedicas al disfrute, análisis, traducción o lectura de noticias, escuchas o realizas podcast, minicast, entrevistas relacionadas con el mundillo, traduces mangas, compra de merchandise, algunos o incluso bastantes minutos a la semana a unos capítulos de anime, o películas de animación japonesa, escuchas música realizada para la animación japonesa (sí aunque sea Fly me to the moon, si te encanta por Evangelion, estás dentro), ahorras para ir a una convención en otro lugar o en donde vives, consumes manga (de todas las maneras posibles), acudes a eventos relacionados con esta afición (las conocidas convenciones), pues entonces irremediablemente eres otaku, un aficionado común no se dedica con tanto apego a una faceta de su vida, y pese a ello no dejas de ser todo lo demás que eres, porque todos somos diversos y digámoslo así; realmente nadie es raro (a nuestra manera todos lo somos) lo verdaderamente raro es ser normal.

Es cierto que hay miles de ejemplos en foros, blogs y en físico, de quienes han desgastado- por cuestión de moda o por ser poser, o por necesidad de atención- el hecho de ser otaku, y en esas ocasiones digamos que se pierde el estilo y la clase, por ello a muchos otakus les avergüenza la actitud infantiloide innecesaria de estos chicos que creen que el que más grita más abarca, al punto de la inmadurez, lo cual los hace dejar de lado el sentido de pertenencia a esta aficción, siguiendo su hobby a discreción para evitar ser asociados con los antes mencionados.

 Hoy en día el otaku de Occidente no se asocia al término de adulto joven fracasado, apático, fantasioso, que sólo vive por y para su afición, por el contrario, muchos otakus son capaces de emprender negocios, crear arte con gran éxito, tienen familia, consumen cultura (compran libros, van al teatro, participan en exposiciones de artes plásticas, crean sus propias animaciones e incluso realizan guiones y filmes) viajan, practican deporte y no tienen vicios o adicciones, apoyan la paz, participan activamente con la sociedad y tienen un punto de vista crítico muchas veces impulsados por la percepción de los valores que fueron fomentados en algunos de sus animes o mangas favoritos. 



Y es necesario aclarar algo más: Ser otaku no es una ideología, ni presupone perder de la noche a la mañana la idiosincracia a la cual perteneces (mexicano, argentino, español, chileno, peruano, estadounidense, etc) por recrear en momentos específicos (festivales, convivios, convenciones) detalles de la cultura japonesa, ni se es malinchista, ni se olvida o se desdeñan las tradiciones mexicanas (esto en respuesta a este post sobre el otaku mexicano).

*Y pues finalmente, no confundir ser y sentirse otaku con ser y sentirse akiba-kei, un término usado pretenciosamente en Occidente (por mera moda) para darse más caché y decir soy un otaku evolucionado, sé más que los demás, cosa que no es así, pues este término hace referencia directa al barrio de Akihabara y los chicos otakus que usualmente se reúnen, deambulan, o visitan con frecuencia el lugar, casi casi es un gentilicio (no lo es, pero por poner un ejemplo simple), por lo cual no es apropiado, ni cercano, ni adaptable al otaku de occidente. Aunque la palabra otaku con su occidentalización aún no aparece en la RAE, es probable que si permanece en el lenguaje vivo que está en continuo cambio y evolución, algún día exista como significante y significado oficial en nuestra lengua.

Y como decía el comercial: sabe a pollo, huele a pollo: es de pollo =P


En fin, acá dejo estos enlaces sencillos y que muestran un punto de vista más, al igual que este:

http://mundonoes.com/?p=255


http://blogs.rpp.com.pe/technovida/2010/11/22/geek-y-otakus-la-guia-definitiva-espero/

1 comentario:

  1. Nunca me había puesto a pensarlo con detenimiento.

    Ojalá asi lo viera la gente.

    Felicidades por el blog, es muy bueno ^^

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